El 91% de los responsables de ciberseguridad sufren de un nivel de estrés moderado o alto, y algo menos del 20% de ellos recurren al alcohol o a las drogas de prescripción médica para tolerarlo. Estos son algunos datos que podemos extraer del informe Life Inside the Perimeter: Understanding the Modern CISO del 2019.
Si no eres del mundo de la ciberseguridad, creo que estos datos podrían darte un poco de perspectiva de lo muy vulnerables que somos a nivel tecnológico, y que todos somos susceptibles de sufrir un ciberataque en nuestras compañías o vidas privadas. De lo que probablemente sepas es de estrés, al igual que los CISOs, no es por nada que la OMS ya lo ha definido como la «Epidemia del siglo XXI».
El estrés clásicamente es el conjunto de muchas reacciones de respuestas adaptativas para hacer frente a una amenaza a la homeostasis en busca de supervivencia… Vamos que el estrés lo tenemos instalado de fábrica para reaccionar y defendernos de eventos que nos puedan matar o dejarnos maltrechos por el suelo.
Parece que ahora nuestro ritmo de vida moderno ha desajustado nuestra naturaleza, y cada vez sufrimos mas de la cara mala de este estrés natural, y nuestra mente y cuerpo se inunda de su versión negativa, el distrés.
En parte la irrupción de la tecnología y no habernos adaptado a sus correctos usos es colaborador necesario de algunos de estos episodios tan desagradables
Esta semana tuve el tremendo placer de contar en mi canal de Youtube con Bárbara Diez, amiga y psicóloga, dónde pudimos tratar los distintos aspectos en los que la tecnología y la mente se entrecruzan y pueden llevarnos a situaciones no deseadas.
Además de ayudarme a explorar las dudas que tenía personalmente con este tema, y que me divertí mucho, sin duda ser mas consciente de en la «madriguera del conejo» en la que puede uno acabar me ha ayudado a cuidar algún que otro hábito que tenía descuidado.
[El pasado] 10 de Octubre ocurrió el Día Mundial de la Salud Mental, y mas que [recordarlo] me ha parecido buena idea parar un poco, y preguntarte:
¿Qué tal estás? ¿Estás pensando aunque sea un poco en ti?
Gracias por leerme, y por estar ahí.
Antonio FERNANDES.’.