fbpx

Las redes Open Source son una alternativa poderosa a las redes tradicionales, ofreciendo mayor flexibilidad, colaboración y transparencia. Su desarrollo se basa en el trabajo conjunto de comunidades de desarrolladores, lo que trae consigo beneficios como mayor seguridad, menor costo y mayor independencia.

En los proyectos Open Source, el código no está completamente controlado y una de las consecuencias es que no pueden ser usados de forma estratégica ya que existe un derecho intrínseco a la bifurcación (es decir, cualquiera puede dividir un proyecto en dos). La bifurcación puede promoverse o llevarse a cabo por razones técnicas, ideológicas o por una combinación de ambas.

Algunos ejemplos son el de la bifurcación que hubo ya en su momento en el proyecto DAO. Fue una bifurcación dura (bifurcación con pérdida de compatibilidad entre proyectos resultantes) y se propuso por razones técnicas (pérdida de fondos y recuperación potencial de «fondos robados»), causado por error de programación en un Smart Contract, pero en realidad se realizó también por motivos ideológicos. Muchos de los que estaban en contra la bifurcación se quejaron además de que el funcionamiento que habían acordado en un principio no contemplaba la opción de modificar las reglas de la propia Blockchain.

Finalmente para decidir lo que se debía hacer se realizó una votación en Carbonvote, que según su propia web, funciona como un sistema Proof-of-Stake (prueba de participación): «cuantos más Ethers tengas más valdrá tu voto», y eso precisamente no es algo que no se considere completamente democrático, ya que implica ciertos matices plutocráticos, en ese momento se llevó a cabo ya que probablemente fue el mejor instrumento que encontraron.

Se llegó a un porcentaje bastante alto de consenso a favor de una bifurcación dura (algunas fuentes dicen que era un 87%, otras un 95%) y eso supuso que los principios básicos del diseño de la Blockchain (como el de la inmutabilidad) fuesen pasados por alto a cambio de recuperar los fondos perdidos. En este sentido, en una entrevista con Dan Tapscott que vi recientemente en Youtube, el señor Vitalik afirmó cuando le preguntaron acerca de la inmutabilidad de la Blockchain y los beneficios sociales reales que aporta que «para que unos principios sean válidos, también tiene que haber un propósito social»

El poder bifurcar un proyecto open source es un derecho inherente básico, tal como lo fueron el cisma y la herejía en la historia de la religión. Pero esto también provoca un problema: la amenaza de que las bifurcaciones aparten a los guardianes legítimos (usaré este término para referirme a aquellos individuos u organizaciones que realmente tienen el poder técnico para ejecutar decisiones tomadas en un sistema de gobierno específico) de la dirección la red e impidan que se cumplan las necesidades y expectativas del grupo más amplio de los usuarios. En otras palabras, surge la necesidad de que haya “guardianes” de bifurcaciones que vigilen e institucionalicen el orden intersubjetivo en la comunidad.

Ya que los usuarios en cualquier momento pueden irse o volver, no les quedará mas opción que guiar el proyecto en la dirección que demanda este orden intersubjetivo (o conocimiento común). Y no me estoy refiriendo a las demandas explícitas, las cuales que por supuesto, podrían también ser implícitas.

Por ejemplo, los guardianes de Ethereum (sean los programadores principales o sea la fundación), tienen claro que no hay posibilidad de que la comunidad acepte de forma unánime el hecho de convertir la red en una Blockchain privada o centralizada. O al menos tienen claro que decisión tomarían aunque hablar sobre eso nos llevaría a una discusión muy seria y ardua. También se espera que cualquier modificación relevante (como es el caso de una bifurcación dura) se debata y se vote en una plataforma adecuada. Esto sucedería incluso aunque el sistema de guardianes estuviese todavía «en construcción», ya que los miembros de la comunidad Ethereum seguirían compartiendo un orden intersubjetivo.

Lo mismo sucederá con el gobierno de la Blockchain, eso será un proceso que requerirá que la comunidad haga la transición de su orden subjetivo (lo que creo que debería ser) a un conocimiento común explícito. Por el camino, habrá algunos que estén de acuerdo con la línea de pensamiento principal, o al menos en algunos puntos de vista, tal como sucedió con las propuestas de recuperación de fondos. Sea cual sea su posición subjetiva, la implementación probablemente estará sujeta a procesos de votación, en los que los participantes tendrán algo que decir, también sucederá existirán otros que no estarán de acuerdo con el resultado final y pensarán que su voluntad no ha prevalecido. En ese caso, solamente si creen que su orden subjetivo es radicalmente contrario a ese resultado, podrán no aprobar la bifurcación (y por supuesto, para ello, tendrán que reunir un número suficiente de partidarios). Esta posibilidad, en mi opinión, se irá reduciendo con el tiempo, ya que las bases para el gobierno en la Blockchain irán quedando establecidas.

En algunos sistemas democráticos las mayorías absolutas no son condiciones “sinequanon” (aunque si se alcanzan, mejor que mejor), en cambio, las mayorías cualificadas siempre lo son. Por lo tanto, estar en contra de una decisión concreta no hará que todo el sistema de gobierno sea ilegítimo. Puede serlo, si las personas con poder (capaces de ejecutar decisiones basadas en un proceso de gobierno que ha sido establecido por una mayoría) no siguen reglas acordadas específicas (el conocimiento común), o si yo personalmente cambio mis creencias a un punto en el cual no tendrían validez en el sistema anterior (lo que pasaría con un cristiano que se convierte al Islam).

Los sistemas de gobierno basados en principios democráticos deberán tener como requisito que los participantes entiendan exactamente lo que está sucediendo. Si como parte interesada no entiendo qué es lo que se propone (por ejemplo, un EIP específico), difícilmente podré llegar a una conclusión válida. ¿Se tendrían que considerar las abstenciones en un gobierno de Blockchain como señales de falta de comprensión? En ese caso, ¿el sistema debería buscar más información que aclare la propuesta o solo debería permitirse el formar parte del gobierno a aquellas personas que entiendan su funcionamiento?

Como conclusión, lo que está claro es que para que cualquier proyecto basado en la comunidad, como Ethereum, tenga éxito, este se debe mantenerse lo más cerca posible en todo momento de las expectativas y necesidades de sus usuarios. De lo contrario, el riesgo de que haya bifurcaciónes por temas ideológicos aumenta exponencialmente y, a diferencia de lo que ha sucedido a lo largo de la historia, no hay forma de ejercer la violencia para evitar que esto suceda. Eso quiere decir que la tarea de mantener sistemas de gobierno actualizados de forma dinámica requiere un alto nivel de compromiso, afortunadamente hay personas con mucho talento que ya están trabajando en ello. Las empresas basadas en Blockchain (como lo que es Ethereum) necesitan saber cuál es el camino que quieren los usuarios. La única forma viable de realizarlo tanto a nivel técnico y como a nivel social es que el usuario permanezca como un participante activo y para garantizarlo debe haber un canal de comunicación entre los participantes / interesados y los que tienen el poder de toma de decisiones.

Esto sí que sería realmente gobernar y es eso precisamente lo que los participantes sociales demandan que haya en una red open source.

¡Compártelo con tus amigos!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

6 − cuatro =